- No tienes que irte, no me molestas.
- Es mejor así.
- Entonces vete.
Él esperó un instante, pero ella no se movió, sólo cerró los ojos con fuerza.
- No puedo.
- Pues quédate conmigo.
- No quiero.
- Pues vete si quieres.
- Pues vete si quieres.
- Necesito que me eches.
- ¿Por?
- Para tener algo que contestar cuando dentro de mucho tiempo esté sola y me pregunten por qué me fui.
- ¿Es lo que quieres?
- No.
- Entonces...
- No es lo que quiero, pero es lo que tienes que hacer.
- Vete, no quiero que estés aquí.
- Gracias.
- Adiós.
- Hasta siempre.
***
- Y así es cómo le dije que me iba.
- ¿Y por qué lo hiciste?
- Porque era lo mejor.
- No lo era.
- Lo parecía.
- ¿Estás arrepentida?
- ¿Estás arrepentida?
- ¿Y quién no está arrepentido de algo?
- Pero este algo es muy gordo.
- La vida es así. ¿Más té?
- Sí, por favor.
- Sí, por favor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario